Videoconsultas – una guía para gestores sanitarios

Construyendo un marco para Video Consultas

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Como gerente en el cuidado de la salud, abordar áreas específicas puede apoyar los esfuerzos de su compañero de trabajo hacia una implementación segura y sostenible de las videoconsultas. Aquí, discutimos tres áreas cruciales a considerar.

Estructura organizativa y Competencias digitales

Garantizar la competencia digital entre médicos, terapeutas, pacientes y sus familiares es fundamental para aprovechar los beneficios de las videoconsultas. Este modo de interacción exige competencias distintas en comparación con las consultas físicas. Los profesionales de la salud deben poseer habilidades técnicas fundamentales para usar las soluciones de video de manera segura y consistente. Además, deben estar capacitados para brindar videoconsultas de alta calidad que garanticen la seguridad del paciente. Los factores incluyen discernir casos adecuados para consultas por video y determinar las necesidades de asistencia de los pacientes para una sesión exitosa.

  • Establezca una configuración de soporte sólida dentro de la organización, como superusuarios designados o pautas de primera y segunda línea de soporte.
  • Involucre a su equipo en el desarrollo de pautas y protocolos.
  • Si se trata de una intervención específica o un grupo de pacientes, considere crear material para preparar a los pacientes para la videoconsulta.

El entorno físico

  • Dedicar salas específicas para videoconsultas para garantizar la privacidad de los pacientes. Evite entornos de oficina abiertos que puedan causar ruido de fondo y perturbaciones dentro del campo de visión de la cámara. Las oficinas abiertas pueden molestar al ciudadano (paciente), así como romper la confidencialidad de la conversación.
  • no es posible dedicar salas , fomente el uso de auriculares con micrófono. Mejora la calidad del sonido y evita que personas no autorizadas escuchen la conversación.
  • Colocar un cartel de ‘ocupado’ en la puerta donde se realiza la videoconsulta.
  • Muestre un letrero en el fondo con el logotipo de la organización, o use un fondo virtual que lo presente.

Fuente / Referencias

Infraestructura técnica

Garantizar la seguridad e integridad de las videoconsultas requiere el cumplimiento de las normas de protección de datos y telesalud. Este cumplimiento se extiende a todas las actividades de almacenamiento, procesamiento y transferencia de datos. Las leyes clave que afectan estas áreas pueden incluir el Reglamento General de Protección de Datos (GDPR) de la Unión Europea u otras regulaciones de privacidad nacionales y locales relevantes. Estas leyes establecen estándares para la recopilación, el almacenamiento y el procesamiento de información personal de salud.

Al elegir una plataforma para sus videoconsultas, asegúrese de que pueda soportar el volumen esperado de usuarios y proporcione funciones de seguridad sólidas. La plataforma debe usar encriptación de extremo a extremo, tener fuertes controles de acceso y cumplir con las leyes de protección de datos pertinentes. El almacenamiento de datos es otra preocupación importante en la telesalud. Toda la información del paciente recopilada durante la consulta debe almacenarse de forma segura para mantener la confidencialidad y cumplir con las leyes de protección de datos. Familiarícese con las reglamentaciones pertinentes a su ubicación y tipo de práctica de atención médica. En caso de duda, el Oficial de Protección de Datos de su organización debe ser la persona de contacto clave.

Para la configuración de la videoconsulta, es fundamental contar con una conexión a Internet confiable, una computadora equipada con capacidades de audio y video y dispositivos de transmisión de datos adecuados. Una configuración de dos monitores puede resultar beneficiosa, una pantalla dedicada a la videoconsulta y la otra para acceder al sistema clínico.

Si es factible, proporcione la sala utilizada para consultas por video con un sistema de video dedicado. Esto puede mejorar la calidad del sonido y la experiencia del usuario. Si no se dispone de un sistema de video dedicado, los auriculares, micrófonos o un altavoz también pueden mejorar la calidad del sonido.

Tenga siempre un plan de comunicación de respaldo, como una línea telefónica, en caso de que se interrumpa la comunicación de la videoconferencia . Esto asegura la continuidad de la atención incluso ante dificultades técnicas.

En resumen, proteger la privacidad de los pacientes y asegurar sus datos de salud debe ser fundamental para su estrategia de telesalud. Al adherirse a los estándares legales e implementar medidas técnicas sólidas, puede crear un entorno seguro y efectivo para las consultas por video.

¿Adecuado para quién?

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Las videoconsultas son una de las formas más frecuentes de telemedicina.

 

Las videoconsultas son una modalidad de telemedicina cada vez más frecuente, que ofrece numerosos beneficios tanto para los pacientes como para los sistemas de salud. Para los pacientes, las consultas por video pueden ahorrar tiempo, facilitar contactos cortos frecuentes y mejorar la seguridad a través de seguimientos rápidos después de la hospitalización. Estas consultas pueden minimizar o incluso eliminar las readmisiones. Para los sistemas de salud, las consultas por video pueden reducir los requisitos de transporte y frenar la propagación de infecciones como el Covid-19.

Sin embargo, las consultas por video pueden no ser universalmente adecuadas. Los pacientes tienen diferentes circunstancias de vida, condiciones de salud y mecanismos de afrontamiento, y estos factores deben tenerse en cuenta al determinar la idoneidad de las consultas por video.

Como gerente de salud, su función consiste en proporcionar pautas claras, protocolos y herramientas de toma de decisiones para apoyar a sus compañeros de trabajo. Estos recursos pueden ayudar a su equipo a garantizar la prestación de atención médica de alto nivel a través de consultas por video.

Protocolo para grupos de pacientes

En el contexto de la asistencia sanitaria, los criterios de inclusión y exclusión son las características que determinan si un paciente es apto o no apto, respectivamente, para una determinada forma de tratamiento o participación en ensayos clínicos. Cuando se aplican a las videoconsultas, estos criterios ayudan a identificar a los pacientes más adecuados para este formato.

Por ejemplo, si un paciente presenta síntomas que podrían indicar una infección menor o una afección potencialmente grave como apendicitis, la ambigüedad y el riesgo potencial hacen que una consulta física sea la opción más segura. Las consultas por video, aunque no siempre son un sustituto equivalente de las consultas presenciales, pueden ser una alternativa conveniente y menos onerosa para muchos pacientes, particularmente cuando se trata de situaciones que no son de emergencia.

Criterios de inclusión

Los criterios de inclusión generalmente abarcan factores clínicos y situacionales que indican que un paciente se beneficiaría de las consultas por video. Por ejemplo, considere un paciente que vive con una condición crónica pero estable que requiere seguimientos frecuentes pero no complejos. Las consultas por video ofrecen un complemento conveniente al tratamiento tradicional en persona.

Del mismo modo, para las personas que viven en áreas rurales, las videoconsultas podrían ser la solución óptima para el acceso a la atención médica, rompiendo efectivamente las barreras geográficas. Los criterios de inclusión para las consultas por video pueden incluir:

  • Pacientes en cursos de tratamiento estables o que manejan enfermedades menos graves.
  • Pacientes con las habilidades digitales necesarias, acceso al equipo requerido y una conexión a internet estable.

Criterios de exclusión

Los criterios de exclusión tienen como objetivo identificar a los pacientes que podrían no beneficiarse o podrían verse perjudicados por las videoconsultas.

  • Contraindicaciones clínicas, por ejemplo, fuera de la referencia normal que requiere una evaluación física inmediata, o pacientes con riesgo de suicidio.
  • Los pacientes con problemas médicos complejos y multisistémicos que requieren una evaluación y un tratamiento exhaustivos en persona no son ideales para las consultas por video.
  • Falta de las competencias digitales necesarias, o la ausencia de un cuidador que pueda ayudar a configurar la tecnología requerida.
  • Condiciones físicas o cognitivas, como discapacidad auditiva severa o trastornos por déficit de atención, que podrían inhibir la comunicación efectiva durante una videoconsulta.

En ciertos escenarios, las consultas por video pueden no ser adecuadas debido a la naturaleza de la información que se comunica . Por ejemplo, revelar un diagnóstico crítico como el cáncer es un proceso delicado que muchas veces necesita un toque personal y empático que puede brindar un encuentro físico. En escenarios tan sensibles, las consideraciones éticas se vuelven primordiales.

 

Fuente / Referencias

Preguntas para la reflexión

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Al utilizar las videoconsultas pueden surgir dudas y dilemas a los profesionales sanitarios tanto antes como durante y después de las consultas. Estas preguntas pueden ser un buen punto de partida a la hora de implementar videoconsultas y una herramienta para facilitar un espacio de reflexión.

Pregunta 1

¿Cuáles podrían ser los desafíos éticos al tratar y comunicarse con pacientes de forma remota, como preservar la confidencialidad y la privacidad?

Pregunta 2

¿De qué manera podría alterarse la dinámica de la relación proveedor-paciente en el contexto de las videoconsultas? ¿Cuáles son las implicaciones potenciales para la confianza, la empatía y el compromiso del paciente?

Pregunta 3

¿Qué estrategias se pueden implementar para garantizar experiencias óptimas tanto para los pacientes como para los profesionales de la salud durante las videoconsultas?

Pregunta 4

¿Cómo podría afectar la accesibilidad y disponibilidad de las videoconsultas a la equidad en salud entre los diferentes grupos de pacientes?

Pregunta 5

¿Cuál es el papel de la comunicación no verbal en las videoconsultas y cómo pueden adaptarse los profesionales sanitarios a sus limitaciones?

Pregunta 6

¿Cómo podrían las diferencias culturales y las barreras del idioma influir en la eficacia de las consultas por video y qué estrategias se pueden implementar para superarlas?

Pregunta 7

¿Cómo podrían verse afectados los principios de beneficencia y no maleficencia en las videoconsultas? Por ejemplo, considere cómo podría verse afectada la toma de decisiones sobre los planes de tratamiento.

Pregunta 8

¿Cómo pueden los profesionales de la salud asegurarse de que comprenden y abordan adecuadamente las inquietudes de los pacientes durante las consultas por video, dada la falta de examen físico y los posibles desafíos de comunicación?

Consejo

Estas preguntas se pueden usar individualmente o como punto de partida para la discusión en una sesión de grupo. También se pueden imprimir.

Siéntase libre de pensar en más preguntas.

Recuerde, la idoneidad de la consulta por video debe considerarse caso por caso, teniendo en cuenta la condición médica del paciente, sus circunstancias personales, su comodidad con la tecnología y la calidad de la atención que se puede brindar de forma remota. Aquí hay dos ejemplos que muestran cuándo las consultas por video pueden ser adecuadas y dónde no.

Fuente / Referencias

 

Caso: Apto para Video Consulta

Paciente: John, un maestro de escuela jubilado de 65 años que vive en un área rural remota, con antecedentes de diabetes tipo 2 estable manejada con medicamentos orales.

Escenario: John necesita chequeos regulares cada 3 a 6 meses para monitorear sus niveles de glucosa en sangre, peso y bienestar general. Viajar al centro de salud más cercano es un desafío debido a la distancia y al transporte limitado.

Por qué es adecuada la videoconsulta: la condición de John es estable y sus necesidades se pueden satisfacer a través de una videoconsulta. Puede compartir electrónicamente sus lecturas de glucosa en sangre y medidas de peso. Se puede discutir su adherencia a la medicación y los efectos secundarios , y se puede evaluar su bienestar y salud mental. Este enfoque le ahorra tiempo de viaje y mitiga cualquier riesgo de infecciones que pueda adquirir en el entorno de atención médica.

Caso: No apto para Videoconsulta

Paciente: María, una mujer de 50 años que presenta un nuevo dolor abdominal significativo y pérdida de peso.

Escenario: María se comunica con el consultorio de su médico con estos síntomas, que podrían indicar una afección grave, como una neoplasia maligna gastrointestinal.

Por qué la videoconsulta no es adecuada: dados sus síntomas y la gravedad potencial de su afección, María necesita un examen físico y posiblemente investigaciones urgentes. Una videoconsulta no sería suficiente para evaluarla adecuadamente, determinar la urgencia de su condición o garantizar que se tomen de inmediato los próximos pasos apropiados en su cuidado.